venres, 30 de novembro de 2018

XVII

26 comentarios:

  1. Eres un cardo en un castillo repleto de fantasmas

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  2. Me gusta que me soplen la gaita

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  3. Y debajo del kilt anglogalicioso no hay ni pictos

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  4. Te despiertas con las persianas bajas: almenada lluvia
    incrustada en los vidrios medievales.
    Las verjas chasquean como disparos
    cuando las mueves: frágil cargador
    que espanta a quince grajos
    volando silenciosos y voraces
    sobre este fragmento de invierno
    que no ha de alimentarles. Se posan a lo lejos,
    hurgando en la basura: nada encuentran
    sino el filo del aire, la resistencia blanca.
    El hierro de las bridas abre surcos
    en este áspero abandono
    donde vuelves a ver hojas de roble
    junto al espino, pues la escarcha
    afila sus contornos. En una tela intacta,
    de círculos y radios blanqueados
    como una rueda hilada,
    cuelga una araña, firme, siempre atenta,
    ovillada en la máscara mortal del frío.
    Y, al regreso, ves destellar la casa
    tras su aguanieve rota, traspasada:
    las frondas de la escarcha fluyen.

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  5. Algunos solo conocen Escocia4 de xaneiro de 2019, 11:16

    por lo que ven desde la ventana del hotel

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  6. I can`t stand it up here wi' all these fuckin' sheepshaggers

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  7. Os habéis comido una con el puto haggis
    putos inútiles
    Repasad y veréis

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  8. La mujer se dio vuelta. Miró al hombre que amaba que estaba hablando con su hermana mayor. Luego observó a su alrededor a sus amigos y a los príncipes y a los servidores y a los esclavos. Todas las miradas huían, dejaban este mundo. Pero no importa: ella ama al hombre que habla con su hermana. Deja furtivamente la corte para seguirlos. Ellos se apresuran y alcanzan la fuente bajo un arco de piedra. Hay grandes y pesadas matas de glicinas que cuelgan a lo largo del muro. Ella ve que su hermana agarra su sexo, le saca su sombrero de carne, la extraña serpiente empieza a palpitar entre sus dedos y ella lo hace entrar en ella.

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  9. Yo era un hijo corrupto de los cardos. Escocia no conoce el alfabeto
    ni la rueda. Escocia es un cuervo blanco. Escocia.

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  10. El pájaro escocés canta en las ramas de mi cerebro picto
    Porque encontró la clave del eterfinifrete 1746
    Rotundo como el unipacio y el espaverso
    Uiu uiui
    Tralalí tralalá
    Aia ai ai aaia i i
    haggis haggis

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  11. Mike Barja toca la gaita24 de xaneiro de 2019, 13:09

    Estoy como marrano escocés estrenando lazo a cuadros.

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  12. El peor poeta del mundo logra inmortalidad en Escocia28 de xaneiro de 2019, 15:59

    Informa la agencia que William Topaz McGonagall, muerto en 1902, ha obtenido reconocimiento póstumo en la ciudad escocesa de Dundee, que tiene previsto conmemorar el centenario de su muerte grabando uno de sus poemas en uno de los puentes sobre el río Tay.
    "Su poesía es tan mala que es memorable", ha dicho Niall Scott, director de City of Discovery Campaign, la organización responsable del homenaje de Dundee a McGonagall. "Nadie puede superarle como el peor poeta", ha dicho Mervyn Rolfe, miembro de la Sociedad de Agradecimiento a McGonagall, con sede en Dundee. "A él no le importaba cuántas palabras tuviera el verso, ni cuán largas fueran para obtener las rimas, y la métrica era espantosa", indicó.
    Que era malísimo como poeta era algo muy sabido por los contemporáneos de McGonagall, que hasta inventaron el poet-baiting, una forma de entretenimiento público en el que el poeta leía sus versos mientras la gente se mofaba con ganas, se moría de risa dándose de tanta carcajada y alegría golpetazos contra las paredes de los locales donde actuaba. McGonagall, que recitaba con falda escocesa y acompañado siempre de una gaita, fue víctima de muchas bromas y maldades, entre ellas una carta del "Rey Theebaw de Birmania" que le concedía el título de Caballero del Elefante Blanco, que él utilizó toda su vida. Tal vez el momento estelar de su carrera poética tuvo lugar cuando hizo a pie el largo trayecto que separa Dundee de la residencia de la reina Victoria en el castillo de Balmoral, en el norte de Escocia. Convencido de que al Caballero del Elefante Blanco la reina lo iba nombrar Caballero del Imperio Británico, se quedó helado cuando en las puertas de palacio no sólo le prohibieron tajantemente que diera un solo paso más sino que le dieron una patada en el culo, haciéndole rodar por la hierba. Enfadado y confundido, McGonagall viajó entonces a Estados Unidos, donde no pudo vender un solo poema. Uno de ellos, escrito en Wall Street, es muy célebre entre sus admiradores, muy famoso entre todos cuantos le han convertido en una figura de culto.

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  13. I have been stabbed, shot, poisoned, frozen, hung, electrocuted, and burned.

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  14. Y es que, históricamente, Escocia ya había sido señalada por
    el dedo de Satán nuestro Señor. Cuando los primeros grandes urbanistas de la
    historia, el Imperio Romano, deciden no solo no conquistar Escocia sino montar un tremendo muro de Adriano para que NADA pueda salir de ahí y aventurarse en la civilización, eso es un síntoma inequívoco de que no puede existir la salvación para ti.

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  15. La identidad entre Escocia y Galicia va más allá de la lluvia, el alcoholismo, las gaitas o la tacañería que les hermana con Ourense. En efecto, el rasgo que más tenemos en común es el no tener un puto duro. En serio, mientras viajaba por las Higlands pensaba “el paisaje
    es casi clavado al de Galicia, mejorado con lagos y montes más espectaculares, pero las casas de campo… ¡Por el amor de la polla del Main! ¡Si es que la clásica casa prototípica del feísmo gallego, con sus azulejos del váter por el exterior supera a la más sofisticada mansión de campo escocesa!”. La miseria estética es lo que tiene.

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  16. La perra caledonia excita al porco bravo del minifundismo genético

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  17. Un insólito fenómeno sacude la región escocesa de Milton. En una de sus infraestructuras, un humilde puente de piedra conocido como Overtoun Bridge, se repite un extraño y macabro suceso: los perros optan por suicidarse y se lanzan a las aguas del río que fluyen bajo su superficie. Por el momento, se calcula que más de 50 se lanzaron al río en el último medio siglo y nadie sabe exactamente por qué. Además, se cree que al menos otros 600 lo intentaron sin éxito. Lo más extraño es que muchos de los que sobreviven emergen de las aguas y suben del nuevo al puente para volverse a arrojar cuando llegan arriba.

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  18. ¿focas? Creo que no. Más al Norte sí. Y muchas leyendas, de esposas focas, mujeres foca, en la costa de Escocia y más allá.

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  19. Y era un plañido solitario el soplo que el polvo barre y la ceniza avienta hasta que 29 años son vengados

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  20. Say not of me that weakly I declined
    The labour of my sires, and fled the sea,
    The towers we founded and the lamps we lit,
    To play at home with paper like a child

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  21. Sigue su aleteo de murciélago bajo el puente de piedra,
    bajo la vía del tren rumbo al centro del país y Escocia,
    y suéltala ahí, en la oscuridad.

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  22. Trainor, el farmaceuta
    Tan solo el químico, y no siempre el químico, puede decir
    lo que resultará de combinar
    sólidos o líquidos.
    ¿Y quién puede decir
    cómo actuarán unos sobre otros
    hombres y mujeres,
    o qué hijos saldrán?
    Ahí estaban Benjamin Pantier y su esposa,
    buenos cada quien por separado, pero nefastos el uno para el otro;
    oxígeno él, hidrógeno ella,
    su hijo, fuego devastador.
    Yo, Trainor, el farmaceuta, mezclador de elementos,
    que me maté haciendo un experimento,
    viví en soltería.

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  23. El Mecánico se dirige al Norte. A Escocia. Los perros van en la parte trasera y el machete en la guantera derecha.

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  24. Me temo que a los pictos les dieron por el Culloden en aquel páramo

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  25. "The Fiery Cross of old Scotland's Hills! I quench its flames in the sweetest blood that ever stained the sands of Time."

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  26. ¡Qué va! Era un hombre generoso. No bien descubrieron a América la repartió de inmediato por mitades, sin guardarse para sí ni un solo
    palmo de tierra, entre España y Portugal (y les habría repartido también la Luna si se hubiera sabido entonces en qué consistía exactamente Selene). Burchard, su maestro de ceremonias, nos deja relatada en su diario la gran orgía de cincuenta prostitutas romanas que se ayuntaban con otros tantos servidores de palacio en competencia por los premios
    que les ofrecía Su Santidad, quien en compañía de Lucrecia, asomados padre e hija desde lo alto por una ventana, los animaban. A César le dio el pomposo título de "César
    Borgia de Francia, por la gracia de Dios Duque de Romana y Valencia y Urbino, Príncipe de Andria, Señor de Piombino, Adalid y General en Jefe de la Iglesia". De haber
    vivido hoy en México Rodrigo Borgia habría sido del PRI, se habría hecho elegir presidente, se habría alzado con dos mil millones de dólares y me habría dado a mí, su hijo
    Ferdinandus, cuando menos quinientos millones. ¡Pero qué, nací de padre pobre y honrado! Honrado con ese diploma estúpido que le mandó Pío XII por los veinte hijos que
    engendró para Cristo en una sola mujer dada su empecinada monogamia. Dios es injusto. A unos los hace hijos de albañil, a otros hijos de papa. ¡Viejo cabrón!
    Y tras generoso, el papa Borgia era previsor. Con la invención de la imprenta todavía
    fresca y olfateando el peligro, creó lo que después Pablo IV bautizó como el Índice de
    libros prohibidos: el catálogo de libros de prohibida impresión, venta y lectura bajo
    pena de excomunión. De siglo en siglo y de edición en edición el índice se fue abultando y ampliando a tal grado que lo único que le faltaba ya era incluirse a sí mismo. Entonces en 1966, con una papada de esas que tanto me chocan (papada es "acto arbitrario
    de papa"), Pablo VI lo suprimió y levantó la excomunión. En fin, pese a ser el verdadero inventor de esa máquina de guerra que fue el índice, jamás Alejandro VI persiguió los pasquines que imprimían los envidiosos en su contra. Le harían gracia.

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